He atendido y atiendo a muchas víctimas de abuso sexual en la infancia. He acompañado en el trabajo psicoterapéutico a muchas personas con historias muy dolorosas y con heridas emocionales realmente profundas. En este post hablaré de si es posible perdonar a ese/a agresor/a sexual y bajo qué condiciones o requisitos podría ocurrir ese perdón. 

·    QUÉ ES EL PERDÓN

Mis pacientes ya me conocen y saben que cada vez que aparece una palabra o concepto me gusta preguntarles acerca de qué significado tiene para ellos/as dicha palabra. En este caso, os lanzo la pregunta de: ¿qué es el perdón para vosotros/as?, ¿Qué significa perdonar?

No hay que confundir perdonar con absolución, con reconciliación o con “borrón y cuenta nueva y nada ha pasado aquí”.

La reconciliación supone que dos partes asuman y hagan autocrítica, se responsabilicen de sus actos y tiene como objetivo restaurar las interacciones y la confianza.

Una víctima de abuso sexual nunca será responsable de haber sufrido el abuso, por lo que no cabe hablar de reconciliación, ni de autocrítica ni de responsabilizarse de nada.

·    El PERDÓN EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

Plantear a las víctimas de abuso sexual infantil la posibilidad de trabajar sobre el perdón como forma de superar el dolor de la experiencia vivida y sus consecuencias es una cuestión muy controvertida. De hecho, yo como profesional nunca lo planteo como un objetivo del trabajo terapéutico. Si el/la paciente expresa su deseo de trabajar en esa dirección entonces sí acompañaré en ese camino. En tal caso, habrá que hacer un análisis exhaustivo para ver las necesidades psicológicas de la víctima y cómo ha surgido plantearse la posibilidad de perdonar (de quién ha sido la idea, cuál es la finalidad de dicho perdón, qué expectativas hay sobre el perdón…).

El perdón nunca puede suponer minimizar el dolor ni la gravedad de lo ocurrido.

He recurrido a revisar distintas investigaciones recientes que han trabajado sobre este tema y rescato las conclusiones que me han parecido más interesantes.

·    QUÉ DICEN LAS INVESTIGACIONES RECIENTES

-Algunas preguntas claves para que el perdón pudiera ocurrir serían:

  • ¿Hay un arrepentimiento real por parte del agresor/a?, ¿reconoce que ha cometido un delito?

  •  ¿Asume la plena y total responsabilidad del abuso, así como las consecuencias a nivel de condena judicial que le correspondieran?

  •  ¿Reconoce la magnitud del daño causado a la víctima?

  •  ¿Muestra remordimiento, culpa, y empatiza con las emociones y las consecuencias causadas en la víctima?

  •  ¿Ha pedido ayuda psicológica?

  •  ¿Respeta los límites del contacto o no contacto que plantee la víctima?

  •  ¿Quiere el perdón de la víctima como una manera de manipular y de obtener el silencio de la misma?, ¿ha parado de manipular y de ejercer control y poder sobre la víctima en el momento presente?

  •  ¿El/la agresor/a ha hecho alguna conducta reparadora?

  •  ¿Hasta qué punto está presionando a la víctima con el perdón?

En los casi 17 años que llevo atendiendo a víctimas de abuso sexual infantil, no me he encontrado hasta el momento ningún caso en el que el/la agresor/a haya cumplido todos los puntos anteriores.

Los/as abusadores/as sexuales suelen ser expertos/as en la manipulación y pueden usar las disculpas para justificar el abuso ante sí mismos y ante los demás, y para mantener el control. Al disculparse, pueden estar buscando minimizar el abuso, aliviarse la culpa (en los casos en que la sientan), ganarse la compasión de los demás o reducir una condena.

Dafna Tener y Doris Eisikovits (2017) publicaron un artículo en relación a este tema y concluyen que es poco probable que un/a agresor/a sexual asuma la responsabilidad, muestre remordimiento o sienta empatía hacia la víctima, ya que la mayoría de agresores/as sexuales infantiles se corresponden a perfiles psicopáticos. 

·    EL PERDÓN Y LA JUSTICIA

El perdón no significa la ausencia de necesidad de justicia. El proceso de justicia y la condena del abusador por su conducta debe suceder independientemente de que la víctima decidiera perdonar o no perdonar.

 

·    SI UN/A PACIENTE EXPRESA SU INTENCIÓN DE PERDONAR A SU ABUSADOR/A…

Propongo que se trabaje sobre los siguientes puntos:

-Entender y revisar su concepto de perdón y no confundirlo con otros conceptos que veíamos anteriormente.

-Informar al paciente que no es necesario perdonar al abusador para conseguir seguir colocar todo lo sucedido en el pasado y saber desde qué motivación está proponiendo hacerlo.

-La víctima tiene que reconocer todo el daño físico, psicológico y emocional que sufrió. No se puede actuar como si nada ocurriera, ni minimizar, ni quitar importancia, ni negar. Sufrir abuso sexual infantil es algo muy grave y no se puede restar el significado y la importancia que tiene.

-Ayudar a la víctima a establecer límites, a sentirse libre y tener de nuevo el control sobre sí misma como adulta, sentir que ahora no es un menor vulnerable para poder retomar su propia vida. Tiene derecho a decidir qué personas quiere en sus vidas y cómo quiere ser tratadas por ellas.

-Si la víctima en el presente tiene contacto con su agresor: ¿es desde una elección libre y adulta?, ¿es protector que estas interacciones se dén?, ¿cómo se siente después de cada contacto?, ¿qué tipo de interacciones tienen lugar?, ¿son respetuosas y sin conductas de manipulación ni control por parte del agresor/a?

-Si una víctima plantea la posibilidad de interactuar con su agresor, como profesionales tenemos que indagar si: ¿lo hace de manera realista?, ¿tiene las expectativas ajustadas a su agresor?, ¿está siendo coaccionada o presionada por alguien?, ¿es seguro que así sea?

Por ejemplo, A. es una paciente que mantiene un contacto esporádico con quien la agredió sexualmente durante toda su infancia por presión de su madre para “mantener a la familia unida” y cada vez que está en presencia de su agresor, su cuerpo se hipoactiva, se disocia y después no recuerda muchas cosas de lo ocurrido. Esto indicaría que no es seguro que esta persona tenga contacto con su agresor ya que genera mucho miedo que se está expresando a través del cuerpo. Hay que atender en detalle lo que el cuerpo y las emociones expresen a la hora de tener algún tipo de contacto en el presente con quien agredió en la infancia.

-Ayudar a las víctimas a comprender que el problema no son ellas, a reubicar la culpa en el agresor y a superar la vergüenza, reconociendo que el problema radica en el comportamiento claramente incorrecto e injusto del agresor y comprendiendo la confusión generada. El abuso sexual es un abuso de poder, una violación de los límites personales.

 

·    EL AUTOPERDÓN SÍ ES IMPRESCINDIBLE

El 100% de las víctimas que yo he atendido se culpan por las experiencias de abuso sufridas en la infancia al menos en un inicio de la terapia. Al principio hay mucha rabia, enfado, rechazo, agresividad, culpa hacia su yo “pequeña/o” que sufrió dicho abuso. De hecho, la palabra víctima es muy difícil de escuchar y aceptar.

Trabajar en este “autoperdón” sí será clave. Lo pongo entre comillas porque en realidad no tienen que perdonarse nada a sí mismas, no hicieron nada malo, son ellas las que recibieron ese daño. Sería más correcto decir que es necesario que se liberen de la culpa. 

·    CÓMO DE IMPORTANTE ES PERDONAR PARA LOGRAR AVANZAR

Perdonar no es esencial para que una víctima pueda sanar. Muchas de mis pacientes eligen libremente no perdonar a sus abusadores/as y eso no impide realizar todo el trabajo de procesamiento de lo traumático.

El perdón es un derecho de la víctima, nunca será una obligación.

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