Hoy vengo a hablar de un tema bastante común en las relaciones de pareja: depender y tener una actitud sumisa en una relación de pareja. Mi idea es hacer un recorrido para entender el concepto de dependencia emocional, analizar las posibles causas que llevan a alguien a someterse afectivamente y cómo sería el trabajo psicoterapéutico para lograr salir de ahí.

·        DEPENDENCIA EMOCIONAL Y SUMISIÓN AFECTIVA

          La dependencia emocional se refiere a la necesidad afectiva que tenemos de la presencia de otra persona que cubre distintas áreas de nuestra vida (afecto, regulación emocional, reconocimiento y validación, placer sexual…). Quedamos condicionados por la mirada de ese otro a quien otorgamos el poder de definirnos, actuamos en base a lo que creemos que se acomodará a su gusto.

          El SOMETIMIENTO afectivo a la pareja viene producido por el miedo a su respuesta emocional, a que no nos quiera, a que nos abandone, a que no nos valide. La frase que mejor define este estado es ESTAR PENDIENTE DE LA RESPUESTA EMOCIONAL DEL OTRO para así condicionar la mía, mis pensamientos y mis acciones.

          La pareja es analizada inconscientemente con el objetivo de comprobar si está conforme/satisfecha con nosotros. De lo contrario, haremos todo lo posible para que así sea. El sometimiento afectivo en la relación de pareja es lo que impide dejar fluir lo que somos, lo que deseamos, lo que pensamos, lo que sentimos.

·        EL OTRO EN LAS RELACIONES DE SOMETIMIENTO EMOCIONAL

          Hay una frase muy obvia y muy real que no podemos olvidar: “LO QUE EL OTRO SIENTE FRENTE A NOSOTROS LO ÚNICO QUE INDICA ES LO QUE LE PASA AL OTRO”. Lo que quiero decir con esto es que las personas que dependen emocionalmente de sus parejas afirman como verdad absoluta: “yo soy a partir de cómo mi pareja me ve”. Si a la pareja le gusta algo de mí o por el contrario lo rechaza, no va directamente relacionado con que yo ya tenga que rechazar esa parte de mí, tenga que cambiarla o esté “mal”. Esa persona tendrá que ir construyendo su propio criterio de quién es separado del criterio del otro.

          Por ejemplo, atiendo a una paciente que lleva en su relación de pareja 12 años. Se encuentra triste últimamente. Se le ilumina la cara cada vez que me habla de que le encantaría salir a bailar pero no lo hace porque a su pareja no le gusta y lo critica. Él critica a las personas de su edad que salen a bailar de noche. Ella ha llegado a dudar de que quizá bailar a su edad no está bien y de que es una “fresca” por querer hacerlo e irse sola. Nunca lo hace porque no quiere enfadarle ni disgustarle.

          Este es un ejemplo de sometimiento y sumisión afectiva. Ella está colocando en él no sólo la decisión de hacer algo que le gusta a ella, sino también la valoración de si algo está bien o mal. Para ella él tiene la verdad absoluta y no está pudiendo validar su propio criterio y separarlo de la opinión de él. Oponerse implicaría una discusión con él, algo que temen las personas que se someten afectivamente: el temor a la discusión y a la posible ruptura.

          Necesitamos SER ACEPTADOS, QUERIDOS, VALORADOS por los demás, pero sin perder nuestra PROPIA MIRADA de nosotros mismos sobre quiénes somos, qué queremos, qué nos gusta y qué no, qué queremos aceptar y qué no, cómo queremos o no comportarnos.

·        CAUSAS SUBYACENTES A LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

          El primer trabajo que hay que hacer es entender QUÉ NOS EMPUJA A SOMETERNOS. Algunas de los motivos son:

          -NECESIDAD DE REGULARNOS EMOCIONALMENTE a través del otro. Esta necesidad tiene que ver principalmente con la emoción de MIEDO: miedo a estar solo/a, a no ser capaz de enfrentarse a problemáticas del día a día, no sentirse capaz de ser autónomo/a e independiente. Ejemplos serían: “Sin ti no soy nada”, “Estoy en peligro si estoy sola”, “Si tengo ansiedad, me calmará”…

        -NECESIDAD AFECTIVA: esta tiene que ver con sentirse querido/a, amado/a. Cuando existe esta necesidad afectiva más latente normalmente está vinculada a no haber tenido una relación de apego seguro con los cuidadores principales, sino todo lo contrario: apegos ambivalentes, desorganizados. Ej: “Aunque dependo de él/ella, por lo menos alguien me quiere”, “Sí es celoso, pero es la persona que mejor me ha tratado hasta ahora”.

          -NECESIDAD DE VALORACIÓN (AUTOESTIMA): la persona se siente inferior, insegura, no se siente valiosa, no se reconoce logros y es el otro el proveedor de la autoestima. Ej: preguntar al otro acerca de uno mismo, de la vestimenta, de las acciones, de los pensamientos para corroborar que son válidos o que no lo son en función de lo que nos diga.

      -NECESIDAD SEXUAL: hay personas que se someten afectivamente porque tienen muy buena conexión en las relaciones sexuales aunque después no haya espacios de intimidad, de comunicación, de compromiso afectivo. Ej: “Aunque aparece y desaparece y eso lo llevo muy mal, disfrutamos mucho cuando tenemos sexo”.

          -NECESIDAD DE EVITAR EL SENTIMIENTO DE CULPA: Hay personas que si ponen límites, dicen que no y confrontan sienten una gran culpabilidad. Se sacrifican, dan y ceden como una forma de complacer sometiéndose a los deseos y necesidades de su pareja.

·        EL TRABAJO EN PSICOTERAPIA DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

          Lograr dejar de someterse afectivamente no pasa porque la persona pase a la acción y se le diga: “Lo que tienes que hacer es dejarle”, ya que no podrá hacerlo si no trabaja sobre:

  • Identificar que estamos en una relación de dependencia emocional y sometimiento/sumisión afectiva. Ponerle nombre

  •   Entender las causas que me llevan a ELEGIR este tipo de vínculos y trabajar sobre ellas

  •  Hacer una reconstrucción de la IMAGEN DE UNO MISMO: mirarme a partir de mi propia mirada y de otras miradas de mi alrededor que no me colocan en un lugar inferior. Sería algo así como REAPROPIARSE DE LA PROPIA IDENTIDAD. 

          Poder recuperar la capacidad de AUTOEVALUACIÓN que se le ha cedido al otro. Identificar que mis deseos, preferencias, pensamientos, sensaciones, emociones y acciones son DIFERENTES de las de mi pareja e igualmente válidas a pesar que el otro no las acepte o las critique.

       Trabajar con las emociones y con el TRABAJO CORPORAL para que la persona sea consciente de cómo el cuerpo se coloca cuando se somete, y qué se siente cuando uno se coloca en una posición de igual a igual.

  • Modificar la IDEA que tenemos del OTRO: percibir al otro desde una horizontalidad. Si yo pienso que el otro es SUPERIOR, inevitablemente me colocaré sintiéndome inferior, desconfiando de todo lo que tiene que ver con mis juicios y percepciones y atribuyendo al otro el lugar del que tiene la verdad absoluta, la razón, la capacidad, la perfección… Hay que bajarle de ese pedestal y de esa idealización donde se le ha colocado.

  • Trabajar sobre las FANTASÍAS TEMIDAS sobre las consecuencias que tendrá confrontar a ese otro: la mayoría de personas que se someten afectivamente temen enfrentar, contradecir, confrontar y discutir con sus parejas. Temen no ser queridas, que la relación se rompa, sentirse solas, abandonadas. Se sienten inseguras en una discusión y una confrontación. Será necesario que entrenen su capacidad para decir NO y en poder poner límites.

Para terminar, quiero concluir con la idea de que el mayor desafío que toda persona tiene al afrontar una relación de pareja es cómo mantener dicho vínculo, escuchar y tener en cuenta lo que piensa, siente y cómo actúa el otro,  a la vez que no renuncia a ser uno mismo.

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