Hoy me gustaría hablaros de los diferentes estilos de apego que pueden instaurarse en el período que va desde que una pareja se entera que van a ser padres hasta los primeros dos años de vida.

El apego es el vínculo afectivo que se establece entre el cuidador primario (madre, padre, otros familiares) y el bebé, y que marcará nuestra forma de vincularnos con los demás en el futuro. Para profundizar más en el tema puedes leer a autores como Bowlby y Ainsworth.

Desde mi punto de vista, existen cuatro tipos de apego:

-APEGO SEGURO: el cuidador demuestra cariño, disponibilidad, estabilidad en el contacto y atención a las señales del bebé. Los niños son capaces de explorar el mundo en presencia del cuidador y ser sociables con extraños. Suelen enfermar menos, tener más iniciativa y adquirir los conocimientos con mayor rapidez.

-APEGO ANSIOSO AMBIVALENTE: el cuidador no siempre va a estar disponible, y se mostrará atento en ciertas ocasiones, mientras que en otras no. Esto provoca en el bebé y el niño una angustia a la separación. Suelen protestar, llorar y molestarse cuando se les retira la atención y no se les consuela. Resulta desconcertante para ellos no tener una respuesta del cuidador constante y estable en el tiempo, y se muestran inseguros frente a la exploración.

-APEGO EVITATIVO: el cuidador suele desatender de manera constante lo que el bebé necesita. Se podría decir que se trata de una manera de abandono emocional frente al menor, en la que el cuidador no cubre las necesidades de afecto, seguridad y protección. Los niños con este apego suelen tener una angustia a la soledad superior a la de otros niños con diferentes apegos.

-APEGO DESORGANIZADO: este tipo de apego se da cuando el cuidador se muestra con respuestas desproporcionadas e inadecuadas. Podríamos hablar de situaciones de abuso y/o maltrato físico o psicológico frente al menor. Los niños suelen mostrarse muy inseguros frente al contacto con los demás.

A continuación, os dejo un vídeo muy interesante donde se ve claramente lo que implica que un niño se haya vinculado con un estilo de apego distinto.

Para concluir, me gustaría resaltar la importancia de que los psicólogos y en general, todos los profesionales que nos dedicamos a profesiones sanitarias, nos vinculemos desde un apego seguro, es decir, que aportemos atención, seguridad, estabilidad, protección y afecto durante todo el proceso de psicoterapia.

 

 

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